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domingo, 21 de marzo de 2010

EL APRETON

El tema del que vengo hablar hoy no son las películas de terror, y
>sin embargo provoca escalofríos, sudores, sufrimiento, acongoje y,
>sobre todo,... es para cagarse. Sí, voy a hablar del apretón.
>
>Aquel que no lo haya sufrido será uno de esos ignorantes que piensa
>que el peor dolor es el de muelas o el dolor del parto,las punzadas
>de dolor en el pene tras una operación de hernia o el de un tiro en
>el estómago, o el de un cólico nefrítico, o incluso la tan socorrida
>patada en los cojones; el que sientes como si te despellejan y te
>echan sal por encima... sin embargo aquellos de vosotros que lo
>hayáis sufrido sabéis de lo que hablo, y seguro que se os ponen los
>pelos como escarpias sólo de pensar que puede ocurrir de nuevo en
>cualquier instante.
>
>Porque lo peor del apretón es que aparece por sorpresa y entonces
>sabes que estás perdido. Imaginad, es un sábado por la noche y estás
>con los amigotes en un lugar de marcha; de repente, sientes que se
>mueven tus intestinos, un retortijón te hace doblarte de dolor y
>piensas ingenuamente "este dolor lo soluciono yo con un buen pedo".
>Y te vas acercando disimuladamente a los altavoces para que la
>música mitigue el sonido de tu incontenible ventosidad, el local
>está abarrotado, y como no te puedes aislar del resto, tienes que
>elegir a una víctima... así que colocas tu espalda junto al chulo
>aquel que guiñó el ojo a tu chica,... "Ahí va eso,¡Mamón!". Y
>...¡zas
>
>Descubres horrorizado que tu pedo no era todo lo etéreo y gaseoso
>que deseabas, y tienes la seguridad que esa noche tampoco vas a
>tener sexo, pero esta vez es porque tú no lo deseas, porque por nada
>del mundo dejarías que tu novia viese el nuevo estampado de tus
>calzoncillos.... y lo peor de todo... sabes que has abierto
>brecha......
>
>Tu pedo con sorpresa ha dejado el camino expedito (no es pedito) a
>todo lo que viene detrás. Y esto ya no hay quien lo pare. Y de
>repente sabes que en tu organismo se ha activado una bomba de
>relojería y ha comenzado la fatídica cuenta atrás. Inevitablemente
>va a estallar. DIEZ, NUEVE.... . Te hubiera gustado estar en un
>restaurante... o mejor aún ... en tu propia y añorada casita. Pero
>la fatalidad ha querido que te encuentres en un bar de marcha, el
>tiempo es un factor critico y ya no puedes elegir. Te encaminas al
>baño. Al llegar hay cola.... .SIETE, SEIS.... se te pasa por la
>cabeza la posibilidad de matarlos a todos. Decides que, al fin y al
>cabo, eres un hombre y que puedes aguantar un poco más... CINCO...
>Lloras, gimes, te pones de rodillas y suplicas que te dejen pasar,
>que es una auténtica urgencia, a vida o mierda.
>
>Ignoras sus carcajadas y avanzas hasta conseguir meterte en el único
>cubículo que hay en el baño. La puerta carece de cerrojo, pero a tí
>eso ya poco te importa. Estás contento porque hay taza, en lugar de
>un mísero e inmundo agujero en el suelo. Sin embargo empiezas a
>fijarte en los detalles. Colocar tu culete sobre las salpicaduras
>que luce ese inodoro podría producirte una úlcera de glúteo, o al
>menos algún sarpullido. Se te ocurre la genialidad de que podrías
>cubrirla con papel higiénico y entonces descubres, con horror que,
>efectiva y tristemente, que no hay papel higiénico. Y recuerdas con
>rabia que el sabio y desinteresado consejo de tu madre de llevar un
>paquete de kleenex en el bolsillo no era tan ridículo como te había
>parecido hasta ese momento. De repente aparece un rayo de esperanza
>cuando recuerdas que guardaste unas cuantas servilletas de papel de
>servilletas del burguer en el bolsillo. ¡Qué tíos más majos esos
>americanos!. Con razón están en todo el mundo.
>
>TRES, DOS ... las colocas rápidamente cubriendo la zona de sentado,
>pero al contacto con la taza las servilletas se disuelven y empiezas
>a pensar que aquello no es un baño de diseño y que aquel inodoro no
>fue amarillo en el principio de los tiempos. UNO y... se acabó, no
>hay más tiempo, te bajas los pantalones con presteza y desde una
>distancia razonable en la que tu vello púbico no corre el riesgo de
>teñirse de rubio apuntas con rapidez y...CERO.
>
>AAAAAAAAAAHhhhhhhh....¡Qué gusto!.... eres feliz, ha sido como un
>orgasmo. La lástima es que no puedes relajarte y fumar un
>cigarrillo. Alguien golpea la puerta y la empuja, te das la vuelta
>para sujetarla con el culo procurando que tus pantalones no entren
>en contacto con ese suelo hábitat de sapos, culebrillas y seres uni
>y pluricelulares varios. Entonces contemplas el terrible panorama.
>Si Guillemo Tell hubiese tenido la misma puntería con el arco que tú
>con el culo posiblemente Guillermito, su hijo, el auténtico héroe
>del cuento, hubiera llevado toda su vida una protuberancia con forma
>de flecha en la frente.
>
>Ya no quedan más servilletas en tus bolsillos. Por cierto, ¡Ya
>podían fabricar las servilletas más grandes los yankees esos!. Sólo
>hay un modo de solucionar aquello.... sacrificar tus gayumbos. Sí,
>son tus gayumbos de la suerte, pero van a morir en acto de valor...
>. Así que te los quitas, te dispones a arreglar el desaguisado en la
>taza y una racha de aire fresco, te recuerda que lo primero es
>literalmente salvar tu culo. No es que tengas un tarzanito colgando
>de los pelos, la familia numerosa de Chita cuelga en cada una de tus
>lianas. Y si no haces algo van a integrarse con tus vaqueros. Así
>que lo primero es lo primero: Utilizas tu talismán de la suerte para
>tu higiene personal.
>
>Respiras y la situación es la siguiente: la gente llamando a la
>puerta, la taza coronada con tu obra churrigueresca, tus
>calzoncillos olorosos sujetos entre el pulgar y el índice de tu mano
>derecha... . Estás francamente sorprendido de tu habilidad para
>separar los dedos que no hacen la pinza de los gayumbos. Y ya sólo
>quieres salir huyendo de allí cuanto antes, entonces arrojas los
>gayumbos en la taza, tiras de la cadena.... y cuando ves que la taza
>atascada se va a desbordar sales corriendo de allí sin dignarte a
>mirar a nadie a la cara, agarras a tu perpleja novia con la mano
>derecha y al salir a la calle sabes que a ese local tampoco vas a
>poder volver porque la has cagado... mejor dicho... porque lo has
>cagado

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