Un niño de unos 13 años va por la calle arrastrando
de una cuerda a una
rana aplastada.
Llega a uno de esos locales de mala reputación que
tienen una luz roja en la entrada y llama a la puerta.
La vieja portera abre y al verlo se sorprende. Este
le dice que quiere
hacerlo con una de las chicas y le muestra un fajo
de dólares. La vieja
mira el dinero, acepta y le invita a elegir entre las
chicas la que más
le guste. El niño pregunta si alguna de ellas tiene
alguna enfermedad,
por supuesto la vieja responde que no.
Pero él había oído a los hombres del pueblo decir que
habían tenido que
ir al hospital a recibir tratamiento después de haberlo
hecho con María
y esa era la chica que quería. Visto que el niño estaba
tan decidido y
tenía dinero, la vieja le dice que María está en el
primer piso. Sube
la escalera arrastrando la rana aplastada.
A los diez minutos baja arrastrando la rana, le paga
a la vieja y al
dirigirse hacia la salida, ésta le pregunta por qué
eligió a la que
estaba enferma. El niño responde: Bueno, esta noche cuando llegue a
casa, mis padres
van a salir a cenar y me van a dejar con la niñera.
Cuando se hayan ido
lo voy a hacer con la niñera que le gustan mucho los
jovencitos y ella
se contagiará con la enfermedad que yo acabo de agarrar.
Cuando vuelvan
mis padres, papá llevará a la niñera a su casa y en
el camino lo hará
con ella y se contagiará la enfermedad. Cuando papá
vuelva de llevar a
la niñera, él y mamá se acostarán, lo harán y ella
también se
contagiará. Por la mañana cuando papá se vaya al trabajo,
el cartero
traerá el correo y se echará un rapidín con mamá y
también lo
contagiará y ESE, ¡ESE es el hijo de puta al que quiero
joder porque atropelló a mi rana!
No hay comentarios:
Publicar un comentario